Con el llamado al pacto nacional no sólo se evidenció que la mayoría no está de acuerdo en pactar con las autoridades, también se hizo notorio que varias personas tienen un problema pues confunden el significado de pactar.
Hay quienes consideran que pactar es equivalente a dialogar.
Otros suponen que pactar significa que el movimiento contra la violencia y por la paz con justicia y dignidad ha obligado al Estado a sentarse a escucharlos.
Los menos deducen que pactar es algo similar a negociar.
Hay quienes, incluso, postulan que, ahora, pactar no significa pactar sino hacer otra cosa que no es pactar (¿?)
Pactar (proviene del latín pacisci) significa llegar a un acuerdo, convenir algo.
De tal modo que pactar implica llegar a un acuerdo o convenir algo entre varias partes, cada una de las cuales está obligada a cumplir lo pactado.
Cuando el verbo pactar se utiliza como la acción que ejerce una autoridad remite a que ésta se acomodará a un gusto o dictamen ajeno por respeto o algún fin particular.
Pactar con las autoridades implica entonces que la autoridad dará gusto a la sociedad inconforme ya sea por que nos respete (sí, cómo no) o porque tiene algún fin particular por pactar.
Claro que a las autoridades les conviene pactar porque eso les da legitimidad, en tanto que, aparentemente, reconocen y atienden las demandas de la sociedad. El fin particular por el que las autoridades pactarían es más que claro: ganar, al menos discursivamente, legitimidad ante la opinión pública.
Pactar con las autoridades significa darles una ventaja semántica: no suena igual- y aún más grave: no es lo mismo- pactar con las autoridades que exigir a las autoridades.
Pactar significa eso: pactar, así que habrá que buscar un verbo que se acerque más a la realidad y que llame a las cosas por su nombre.